La inmensa masa de agua del Pacífico Sur así como su fascinante vida no están exentas de grandes amenazas que auguran un futuro incierto. Sus islas están desapareciendo bajo el agua, los corales están muriendo y el cambio del componente químico del agua está destruyendo la minúscula vida animal de la que dependen la mayoría de las especies marinas. Sin embargo, aún estamos a tiempo para salvar este sorprendente océano: que los turistas de Tonga todavía puedan contemplar ballenas jorobadas, hasta hace poco en peligro de extinción, demuestra que todavía se puede proteger la vida salvaje de este frágil paraíso
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